Hoy, 22 de agosto, se celebra el Día Mundial del Ratoncito Pérez, el ratón más querido por los niños hispanos. Su mágica tradición de dejar monedas bajo la almohada no solo despierta ilusión, también puede ser la chispa que convierta a los más pequeños en futuros coleccionistas.
El Ratoncito Pérez es uno de los personajes más entrañables de la infancia en el mundo hispano. Cada vez que a un niño se le cae un diente, la expectativa de dejarlo bajo la almohada y despertar con una moneda en su lugar se convierte en un ritual cargado de magia. Este gesto sencillo, que hoy se recuerda con motivo del Día Mundial del Ratoncito Pérez, celebrado el 22 de agosto, sigue despertando sonrisas y también guarda un vínculo inesperado con el apasionante mundo de las monedas y el coleccionismo.
El origen de un ratón literario convertido en tradición
El Ratoncito Pérez nació en 1894 gracias a la pluma del jesuita Luis Coloma, quien escribió un cuento por encargo de la reina regente María Cristina para su hijo, el futuro rey Alfonso XIII. En él, Pérez era un ratón urbano que vivía en una caja de galletas en la confitería Prast, en pleno Madrid, y que recorría las casas de los niños para intercambiar sus dientes de leche por pequeños regalos.
Con el tiempo, aquel personaje de cuento trascendió las páginas y se integró en la tradición oral, convirtiéndose en el equivalente hispano de la Tooth Fairy («Hada de los dientes”, un personaje de tradición popular en países de habla inglesa ).
La magia de la moneda bajo la almohada
El gesto de cambiar un diente por una moneda encierra múltiples significados:
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Celebración del crecimiento: Cada diente caído es un hito en la infancia.
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Educación financiera temprana: Introduce nociones de valor, intercambio y ahorro.
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Vínculo cultural: Refuerza la idea de que cada etapa de la vida trae consigo una recompensa simbólica.
Aunque en algunos hogares modernos se sustituyan las monedas por billetes o pequeños regalos, la moneda sigue siendo el símbolo más universal de esta tradición.
Una tradición con valor para coleccionistas
Ejemplos de monedas que podrían fascinar a más de un niño o niña
El Día del Ratoncito Pérez ofrece además una oportunidad única para quienes ya sienten pasión por la numismática. Regalar una moneda especial —en lugar de una corriente— puede despertar en los niños la curiosidad por conocer su origen, su diseño o su historia. Así, la ilusión infantil se convierte en la chispa que abre la puerta al coleccionismo de monedas, una afición que combina cultura, arte y memoria histórica.
Mucho más que un recuerdo de infancia
Este 22 de agosto, al celebrar el Día Mundial del Ratoncito Pérez, no solo se honra a un personaje de cuento: se mantiene viva una costumbre que refuerza lazos familiares, educa en valores y despierta pasiones duraderas.
La emoción de levantar la almohada y encontrar una moneda va más allá de la infancia. Puede ser el inicio de un interés que acompañe toda la vida: la colección de monedas como legado cultural y como puente entre generaciones.
Hoy es el día perfecto para dejar volar la ilusión, recordar la magia del Ratoncito Pérez y, quizás, regalar esa primera moneda que despierte un nuevo coleccionista en la familia.
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