Cuatro barcos más para la serie Historia de la Navegación

Hoy, 29 de abril de 2019, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre-Real Casa de la Moneda pone a disposición del público cuatro nuevas monedas de la colección «Historia de la Navegación», que contará con un total de 20 piezas. Las cuatro primeras se emitieron en diciembre de 2018 y las doce restantes se emiten a lo largo de este 2019.

Las primeras ocho monedas estaban dedicadas a la Nave de Combate Fenicia, el Drakkar Escandinavo, el Navío Español, el Buque Escuela Juan Sebastián de Elcano, la Trirreme de Guerra Griega, el Champatin Chino, el Crucero Acorazado Carlos V y el Buque de Aprovisionamiento de Combate Patiño. Las monedas cuentan con un facial de 1,5 euros y están acuñadas en cuproníquel.

La Real Casa de la Moneda ha decidido acuñar una serie de monedas dedicada a rememorar la “Historia de la Navegación”, en la que se reproduce una selección de barcos que, por una u otra razón, han sido relevantes a lo largo de los tiempos. 

 

Galera Española S.XVII

 La galera ha sido el barco principal, durante más tiempo, de las flotas de guerra del Mediterráneo. De la galera se tienen noticias desde los tiempos de Homero y se mantuvo desde la antigüedad (birremes y trirremes) hasta principios del siglo XIX. 

El siglo XVI y XVII fue la época dorada de las galeras, operando las españolas en todos los mares, desde el Caribe al Pacífico, teniendo en el Mare Nostrum su gran escenario, en especial en las luchas entre cristianos, turcos y berberiscos, alcanzando su cénit en Lepanto y con marinos de la talla de Gelmírez, Bonifaz, Jofre Tenorio, Enríquez, Roger de Lauria o Álvaro de Bazán, que escribieron páginas gloriosas de nuestra historia 

La galera, buque concebido para la guerra, tenía escaso calado, disponían de velas para los desplazamientos con vientos favorables, que se arriaban antes de entrar en combate. El casco muy alargado, como soporte del armazón con los bancos de los remeros que lo ocupaban en casi toda su eslora. Se clasificaban por el número de bancos. Entre las que se batieron en Lepanto, destacar la llamada ordinaria (24/26 bancos) y la Real, la de Don Juan de Austria (30 bancos). 

El puesto de mando, estaba en la superestructura de popa (carroza), cubierta por el tendal o toldo, y adornada con relieves y esculturas. El fanal, colocado en el extremo de la popa, iba ricamente adornado y, junto con las banderas y estandartes, era el distintivo del mando. Durante los tránsitos las flotas de galeras solían navegar en línea de fila. Para el combate, para evitar el ataque por la popa, se formaba la línea, con la capitana en el centro desplegándose para combatir en un dispositivo constituido por cinco grupos: en vanguardia, una escuadra en exploración y reconocimiento; el grueso, formado por la escuadra del centro, flanqueada por las dos alas, y a retaguardia la escuadra de reserva. 

Debido a que en el Mediterráneo los combates que entonces se libraban eran de creyentes contra infieles, el dispositivo de los cristianos se llamaba formación de cruz, y al otomano de media luna, pues los extremos de las alas solían adelantarse con respecto al centro. La victoria era casi siempre del que mejor utilizaba la artillería ligera y las armas blancas en el abordaje, siendo primordial para alcanzarla el combate cuerpo a cuerpo. 

En el anverso se reproduce en colores un detalle de la obra titulada “Renacimiento. Grandes galeras siglo XVII. Acuarela”, que se conserva en el Museo Naval de Madrid. Por encima de la imagen central, la leyenda GALERA ESPAÑOLA SIGLO XVII. En la parte inferior, la leyenda ESPAÑA y el año de acuñación 2019. 

Época: Desde el siglo XVI al siglo XIX 
Eslora: 4 m 
Manga: 6 m 
Calado: de 2 a 3 m 
Propulsión: Vela y remo 
Armamento: el espolón (arma tradicional para embestir al enemigo), artillería y armamento de tropa (arcabuz) 

 

Navío del Siglo XIV

La actividad durante el siglo XIV en el océano Atlántico sirvió para confirmar a los europeos, en particular a los reinos de Portugal y Castilla, que para esas aguas más profundas y bravas se necesitaban barcos de mayor entidad que los que se empleaban el Mediterráneo. 

En busca de mayor estabilidad, los cascos tienden a acortar la eslora y a ampliar la manga, dándole al barco el aspecto de una cáscara de nuez; la fuerza motriz es la vela, por lo que se le dota con uno, dos y, más raramente, tres palos, en los que se arbolan por lo general velas cuadradas y, en algún caso, en el de mesana podía llevar vela latina, triangular. Para neutralizar en lo posible los efectos del oleaje, la borda se hizo más alta. Tenía un castillo a popa, al tiempo que aparecía también otro más pequeño a proa, novedades que hicieron conveniente alargar el casco, dándole al navío un aspecto más marinero. Otra novedad importante que se produce en el siglo XIV es el timón axial, en el centro de la popa, que permitirá un gobierno mejor de la nave, exigiendo un codaste recto, que la popa fuera tomando paulatinamente la forma cuadrada (que se mantendrá hasta el siglo XVIII) y que fuera preciso alargar la quilla. Al ganar en maniobrabilidad, se pudo aumentar el arqueo, capacidad de carga, añadir una segunda cubierta y ampliar la superficie vertical, que aminorará el abatimiento o el desplazamiento lateral del buque. 

Algún testimonio de la época señala que fueron los vascos quienes introdujeron este tipo de barco, que llamaban coca, en el Mediterráneo a principios del siglo XIV. Las cocas empleadas por la Hansa, de un solo palo y vela cuadrada, dedicadas al comercio, podían llevar hasta 200 toneladas de carga, diferenciándose de las construidas más al sur, en las que la proa era curvada y, en general, estaba más adaptada a las aguas abiertas del Cantábrico y del Atlántico. Después del siglo XIII, aparece un segundo palo como refuerzo de la arboladura y se complementa con un tercer palo, más pequeño que los otros dos. Este buque es mucho más gobernable siendo la gran vela del palo mayor la principal impulsora del navío. 

Aunque la tradición y la práctica en la construcción naval produjo una diversificación y especialización progresiva de los barcos, posiblemente sea la coca el buque más representativo de este tiempo. Cuando aparecen los nuevos tipos de embarcaciones –carabela, nao y galeón-, la coca no desapareció y siguió utilizándose como barco de carga preferentemente. 

En el anverso se reproduce en colores un detalle de la obra titulada “Navío del siglo XIV”, que se conserva en el Museo Naval de Madrid. En la parte superior izquierda, la leyenda NAVÍO DEL SIGLO XIV. En la parte inferior, la leyenda ESPAÑA y el año de acuñación 2019. 

Época: Desde el siglo XIII al siglo XV 
Eslora: de 15 a 25 m Manga: de 5 a 8 m 
Propulsión: Vela 

 

Carabela

Portugal y Castilla inician su expansión ultramarina en el siglo XV, con la carabela, sobre la que ya hay alguna referencia en el siglo XIII, alcanzando su momento más esplendoroso en el siglo XV y principios del XVI. Parece que su nombre deriva de una palabra árabe –gârib o carabo- que designaba una embarcación bizantina. Los portugueses la importaron de los musulmanes, añadiendo el infante D.Enrique el Navegante a la estructura del casco y al velamen de los musulmanes, las técnicas y métodos europeos del casco. El resultado fue una nave diferente en diseño y aparejo de las que entonces se usaban en Europa, pero construida igual que ellas. 

Movida a vela, la carabela era ligera, de borda alta, con dos o tres mástiles, de una sola cubierta y un castillo a popa (raras veces tenían otro a proa); la incorporación de la vela latina o triangular le permitía navegar de bolina, ciñendo el viento de proa, mientras que con la vela cuadrada o redonda aprovechaba mejor el viento de popa. La combinación de ambos tipos de velas produjo un nuevo modelo, la carabela redonda que por lo general, desplazaba de 20 a 50 toneladas; a finales del siglo XV ya había carabelas con capacidad de carga de hasta 200 toneladas, si bien lo normal es que la tuvieran de 40 a 60 toneladas, por lo que tenían gran capacidad de carga de mercancías y vituallas para una tripulación numerosa, permitiendo realizar largas singladuras, en las que por su poco calado podían aproximarse a la costa y entrar en zonas de bajíos. 

Hitos: Las carabelas fueron las naves de los descubrimientos geográficos en los siglos XV y XVI de portugueses y españoles. Tras la conquista y colonización de América, se necesitó un barco con mayor capacidad de carga y mejores prestaciones marineras, apareciendo el galeón, que irá desplazando a la carabela. Carabelas famosas fueron la Pinta y la Niña, del primer viaje de Cristóbal Colón a América y, ya del siglo XVII, Nuestra Señora del Buen Suceso y Nuestra Señora de Atocha, de 80 toneladas con 40 tripulantes cada una, que realizaron el viaje descubridor por la América Austral. 

En el anverso se reproduce en colores un detalle de la obra titulada “Marina de la Edad Media. Siglo XVI. Carabelas de Colón. Acuarela”, que se expone en el Museo Naval de Madrid. En la parte superior izquierda, la leyenda CARABELA. En la parte inferior, la leyenda ESPAÑA y el año de acuñación 2019. 

Época: Del siglo XIII al XVII 
Eslora: de 20 m a 25 m 
Relación eslora-manga: de 3 a 1

 

LHD Juan Carlos I

Construido según diseño propio por Navantia en su factoría de Ferrol, es un buque similar a los americanos de la clase Tarawa, con capacidad anfibia -con dique inundable y playa para varada- y aérea –con cubierta de vuelo y hangar-, por tanto, del tipo LHD (Landing Helicopter Dock). 

Como portaaviones, por su reducido desplazamiento, solo puede emplear aviones de despegue corto. Se ordenó su construcción con objeto de satisfacer la necesidad de transportar a zona de conflicto fuerzas terrestres para ser desembarcadas lo más cerca posible de la zona de operaciones, tanto en desembarcos anfibios clásicos, en playa, como en desembarcos en puertos de poca infraestructura. De ahí su limitada velocidad máxima. 

El sistema SCOMBA (información táctica), casi todos los radares, el de exploración aérea Lanza y los sistemas de guerra electrónica son de fabricación nacional. Como el resto de los buques modernos de la Armada, está pensado para operar en agrupaciones internacionales con regularidad, y por eso está dotado de los más modernos medios de comunicación. Su dotación está compuesta por 295 personas, pudiendo desplazar 26.000 toneladas 

Generadores: Una turbina de gas (LM 2500) y dos diésel con una potencia combinada de 27.000 MW. 

Capacidad de aeronaves: Hasta 30 helicópteros pesados y medios, en operaciones anfibias, entre 10 y 12 aviones de despegue vertical y otros tantos helicópteros medios, en misión aeronaval. Puede operar con aviones de despegue vertical (F-35 americanos). En la proa de la cubierta de vuelo tiene una rampa de despegue de 12º de inclinación. 

Capacidad de embarcaciones: Cuatro barcazas LCM-1E. 

Capacidad de vehículos. Un total de unos 3300 m2 de garaje para vehículos pesados y ligeros. 

Hitos: Siendo el buque insignia de la Armada, tiene su base en Rota (Cádiz). Su zona de operaciones son todos los océanos y mares del globo, pero su presencia a lo largo de su vida ha sido en el Mediterráneo y el Atlántico. En el 2018 transportó fuerzas del Ejército de Tierra, incluyendo helicópteros pesados Chinook, a Kuwait, para su despliegue en Irak, y a continuación hizo sendas escalas promocionales en Bombay y Alejandría. A lo largo de su vida ha participado en diversos ejercicios nacionales e internacionales, destacando Noble Mariner 2014. En el año 2014 operaron desde su cubierta aviones Osprey de la Infantería de Marina de los EEUU. 

Es el barco más grande con que ha contado la Armada en toda su historia y consecuentemente también el barco de guerra mayor hecho en España. 

Época: De alta en la Armada desde el 30 de septiembre de 2008 
Eslora: 231 m 
Manga: 32 m. 
Propulsión: Dos motores eléctricos de 11 MW que proporcionan una velocidad máxima de 21,5 nudos. 
Armamento: Cuatro ametralladoras de 12,7 mm para defensa muy cercana. 

En el anverso se reproduce en colores una imagen del LHD Juan Carlos I, según fotografía propiedad de la Armada Española. Por encima de la imagen central, la leyenda LHD JUAN CARLOS I. En la parte inferior, la leyenda ESPAÑA y el año de acuñación 2019. 

 

Reverso Común

En el reverso (común a todas las piezas), dentro de un círculo central, aparece el valor de la moneda 1,5 EURO, en dos líneas y en mayúsculas, y la leyenda HISTORIA DE LA NAVEGACIÓN, en sentido circular y en mayúsculas. Rodea las leyendas de la zona central una línea de piñones. Fuera del círculo central, en la zona exterior de la moneda, aparecen seis delfines saltando, en sentido contrario a las agujas del reloj, sobre los mismos motivos acuáticos que figuran en los anversos. Rodea todos los motivos y todas las leyendas una gráfila de piñones.

Características de la monedas

Facial:  1,5 euros  Composición:   Cuproníquel    Peso:  15 g    Diámetro:   33 mm         Volumen de emisión máximo: 10.000 de cada una  Precio: 14 € más IVA

Si queréis ver la serie completa, la podéis ver en lo publicado aquí el pasado 22 de agosto.

 

Esta entrada fue publicada en España. Guarda el enlace permanente.

8 respuestas a “Cuatro barcos más para la serie Historia de la Navegación”

  1. Ricardo dice:

    Excelente información náutica

  2. Galeno dice:

    Son cuatro, falta el Juan Carlos I-

  3. Juan dice:

    La Galera tiene una eslora de ¿4? metros, je, je imagino que se coló alguna cifra sino ¿donde iban sentados los remeros?

  4. David dice:

    Y la moneda de Juan Carlos I, se ha hundido?
    Corregid la información. Son cuatro monedas las que se han puesto a la venta.
    Un saludo.

  5. jeroja6 dice:

    Ya ha salido a flote el Juan Carlos I.
    Gracias por el aviso.
    Saludos.
    Jesús

  6. francisco dice:

    Buenos dias:

    Se sabe si saldrá alguna moneda conmemorativa del 175 Aniversario de la Guardia Civil?

  7. francisco dice:

    Creo que la Benemérita se la merece…… » El Honor es mi Divisa»……….

    Saludos.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.